viernes, 23 de julio de 2010

VILLARROYA DE LOS PINARES

Villarroya de los Pinares es una localidad y municipio turolense de la Comunidad Autónoma de Aragón, España.
 Está situado en la comarca del Maestrazgo, en la parte septentrional de la sierra de Gúdar, junto al río Guadalope, a 1.337 metros de altitud y a una distancia de 51 km de la capital provincial

Demografía


Tal como numerosos otros municipios de la Provincia de Teruel, y la provincia en su conjunto, Villarroya de los Pinares tiene una baja densidad de población (cercana a 3 hab/km²). Desde hace décadas, el municipio experimenta una gradual despoblación de su territorio, en paralelo al envejecimiento de sus habitantes, así como ha ocurrido en tantos otros lugares de vocación principalmente agrícola y ganadera, situados en las mesetas y sierras de la España interior.

Demografía


Tal como numerosos otros municipios de la Provincia de Teruel, y la provincia en su conjunto, Villarroya de los Pinares tiene una baja densidad de población (cercana a 3 hab/km²). Desde hace décadas, el municipio experimenta una gradual despoblación de su territorio, en paralelo al envejecimiento de sus habitantes, así como ha ocurrido en tantos otros lugares de vocación principalmente agrícola y ganadera, situados en las mesetas y sierras de la España interior.

Economía


Tradicionalmente, ha vivido de la agricultura y la ganadería. Más recientemente, el turismo rural ha comenzado a constituirse en una razón más para visitar el municipio. En las cercanías se encuentran las pistas de esquí de la Sierra de Gúdar. La abundante caza y pesca son atractivos adicionales

Edificios notables


El pueblo de Villarroya de los Pinares fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1982. Numerosos edificios históricos del caso urbano están coronados con escudos antiguos e inscripciones.



La iglesia gótica de la localidad, construida en 1459 y dedicada a la Virgen de la Asunción, tiene un notable ábside poligonal y una galería porticada. Ha experimentado varias reparaciones a partir de entonces. El cardenal de la Peña, que siempre albergó el sueño de trasformarla en catedral, yace sepultado en ella.



Torreón en Villarroya de los Pinares.La ermita levantada en honor al patrono del lugar, San Benón, se levanta en las inmediaciones de la localidad. También, en las cercanías de ésta, se encuentra el castillo en ruinas que perteneciera a Jaime I de Aragón.
 
AQUI OS DEJO UNAS FOTOS DE  VILLARROYA DE LOS PINARES

cantavieja

Cantavieja, capital de la Comarca del Maestrazgo, se sitúa a 1300 m de altitud y cuenta con alrededor de 830 habitantes.

El interés de la villa radica no solo en sus monumentos arquitectónicos y estructura medieval de su casco antiguo, sino también en su pasado histórico, lo que hace de Cantavieja un enclave primordial en la historia medieval y contemporánea del Maestrazgo Turolense.

De economÌa eminentemente agrícola y ganadera, su territorio se articula en numerosas masías, 125, algunas de ellas todavía habitadas. Las masías, sobre todo en el pasado, fueron la mejor forma de explotar un territorio muy extenso a la par que se conseguía mantenerlo habitado. Las primeras surgieron paralelas a la Reconquista (las "Torres" o Masías Fortificadas, por ejemplo) y muchas son fruto de los movimientos poblacionales del s. XIX. Diseminadas por el extenso término de Cantavieja, se distribuyen en cuatro partidas geográficas.



historia de cantavieja:
Las guerras carlistas fueron un episodio central en la historia del Maestrazgo, uno de esos acontecimientos que dejan huella en el devenir colectivo de los pueblos. Desde entonces, Maestrazgo y Carlismo son nombres que irán de la mano, así en la memoria popular como en los relatos, reales o imaginados, de cada tiempo, o en las evocaciones que se desprenden de un paisaje de estirpe guerrillera y montaraz.




El Museo de las Guerras Carlistas de Cantavieja  propone un viaje en el tiempo para descubrir aquellas montañas que en el siglo XIX saltaron a la primera plana de la actualidad como reducto de la insurgencia carlista.El itinerario propuesto se adentra en los profundos vientos de cambio que barrieron la centuria del Ochocientos europeo, descubre la lucha entre revolución y contrarrevolución y atiende al discurrir general de las guerras carlistas en España.Desciende posteriormente al territorio del Maestrazgo. Allí se detiene en los entresijos de la Primera Guerra Carlista, que llevó a Cabrera a la cima de su poder y al Maestrazgo a la condición de utopía insurreccional carlista. Especial atención reciben los protagonistas del enfrentamiento, el papel del clero, la opinión pública y la violencia que acompañó al enfrentamiento desde sus inicios. La Segunda Guerra Carlista, en otro contexto histórico, es otro de los espacios de interés cuyo final clausura un ciclo de cuarenta largos años de enfrentamientos armados casi continuos.Finalmente se desarrollan dos espacios monográficos. Uno destinado a los escenarios de la guerra en el Maestrazgo, que permite conocer mejor la geografía del conflicto. Y otro, dirigido a recoger todos los reflejos del enfrentamiento en los libros, desde los que escribieron los viajeros a los de historia, desde las obras literarias hasta las biografías.También, en una sala especialmente dispuesta para ello, puede contemplarse un audiovisual titulado “El Maestrazgo en tiempos de cambio”, producido especialmente para el Museo de las Guerras Carlistas de Cantavieja.A lo largo de todo el itinerario podrán disfrutarse numerosos materiales complementarios al discurso, como maquetas, armas, grabados, uniformes, prensa de época, reproducciones y facsímiles, libros, objetos contemporáneos, etc.
El Museo cuenta además con un Centro de Documentación donde se encuentra, a disposición del público interesado, un fondo bibliográfico y diversa documentación relacionada con las guerras civiles del siglo XIX.


AQUI OS DEJO UNAS BINITAS FOTOS DE ESTE PUEBLO

miércoles, 21 de julio de 2010

Fortanete

-Fortanete es una localidad y municipio aragonés situado a 1.353 metros sobre el nivel del mar en la comarca turolense del Maestrazgo, en España. Tiene una extensión de 168,21 km² y una población de 240 habitantes . Los municipios mas cercanos son  Al norte limita con Pitarque y Cañada de Benatanduz, al este con Cantavieja, al sur con Mosqueruela y Valdelinares y al oeste con Villarroya de los Pinares de los que mas adelanta ya hablaremos .

-A los habitantes de Fortanete se les llama fortanetinos :  fortanetetino si es un hombre y fortanetina si es una mujer.

-el patron del pueblo es SAN CRISTOBAL.

-Fortanete tiene una historia bastante bonita y interesante para la gente que quiera adquirir un poquito mas de cultura  porque como dijo un gran filosofo "xxxx"  "EL SABER NO OCUPA LUGAR " Aquí os dejo un trozo de la historia de fortanete:
HISTORIA DE FORTANETE:

Se conocen hallazgos diversos de la Edad de Piedra y de la Edad de Hierro, así como varios asentamientos ibéricos en los alrededores de Fortanete.




Es en el año 1169 cuando Alfonso II de Aragón incorpora a su reino estas tierras frente al reino almohade de Valencia, con la existencia de dos castillos, el de Fortaner y el llamado Castillo del Cid, este último a 6 km al norte de Fortanete, de época musulmana y conocido en las correrías del Cid en el s. XI



Pedro II, rey de Aragón y conde de Barcelona, entrega el castillo de Fortaner en 1202 a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, perteneciendo a la Encomienda de Aliaga.



Los siglos XVI y XVII fueron periodos de prosperidad económica, lo que tuvo su fiel reflejo en la arquitectura de la localidad. De esta época son la Casa Consistorial (s. XVI) y la Iglesia Parroquial (finales del s. XVII), así como varias casas solariegas. Su riqueza ganadera (destacaba su cabaña de ovino trashumante) permitió el desarrollo de la manufactura textil de la lana, que se exportaba hacia las vecinas regiones de Levante y Cataluña.



A partir de mediados del siglo XVIII se produjo un fuerte incremento de la población, lo que obligó a roturar nuevas tierras de labor en detrimento del sistema ganadero, creciendo el número de masadas. Por otro lado, con el siglo XIX se inició una etapa de convulsiones políticas y sociales, cuyo momento de máxima virulencia...

...tuvo lugar con las Guerras Carlistas, donde después de diversas escaramuzas, tuvieron que abandonar Los Carlistas el pueblo, posicionandose el brigadier de la Reina, Marqués de Amarillas, quien estableció en Fortanete los almacenes necesarios para el Sitio de Cantavieja. No obstante fue a finales de este siglo, cuando Fortanete alcanzó cerca de 1800 habitantes, el máximo histórico de la población.



Entre las décadas de 1950 y 1980 se produjo un fuerte proceso emigratorio y la consiguiente pérdida de población, hasta quedar reducida a dos centenares de vecinos. Sin embargo, Fortanete es hoy un municipio que lucha por su futuro, que se resiste a perder su memoria colectiva y su identidad como pueblo.

UNA PEQUEÑA GUIA TURÍSTICA

Son numerosos los caseríos, palacios y edificios de interés que conforman el paisaje urbano de Fortanete.

                                                              "Balcón de los Medinaceli"





Su caserío medieval se extiende a los pies del Castillo quedando restos de la muralla que lo cerraba. Posteriormente y en especial en el siglo XVI y XVII coincidiendo con un auge económico, fue cuando el pueblo se extendió a los pies del castillo con deificaciones de gran calidad e importancia para la época, siendo numerosos los arcos de medio punto y los aleros de madera de gran vuelo, así como escudos mobiliarios en las fachadas.



Destacan el Ayuntamiento, edificio de estilo renacentista, construido en el s. XVI (ver museo), la Iglesia Parroquial, siglo XVII.



La Casa de los Duques de Medinaceli, palacio de nobiliario del siglo XVI, de tres alturas construido con mampostería y sillería, y rematado en alero de madera de gran vuelo. En el palacio destaca su espléndido balcón de estilo renacentista ... ...entre dos pilastras adosadas, entablamento y frontón. Todo el entorno urbano de este edificio y de la Plaza Mayor presenta una notable riqueza arquitectónica, mudo testimonio de su pasado señorial.

Por otro lado tenemos la Casa del Marqués de Villa segura, antiguo cuartel (siglo XVI-XVII), la Casa de los Duques (siglo XVI), la Casa de la Escorihuela (s. XVII), y otros edificios de interés. También podremos contemplar numerosas ermitas (ver museo) destacando la de Nuestra Señora de Loreto (siglo XVII).



Sobre el rio de Fortanete cruza un bello Puente, de un solo ojo con arco rerbajado, el cual mantiene la inclinación del tablero habitual en los puentes medievales. Desde él se aprecia una singular panorámica de pequeños y compartimentados huertos, cuyas rústicas paredes de piedra constituyen una curiosa peculiaridad del paisaje de Fortanete.

                                                           "Puente sobre el río Fortanete"



Aquí os dejo un  plano del pueblo por si que reís ir a visitarlo






El pueblo también consta de varios sitios de interés turístico como la iglesia :
Bajo la advocación de Ntra. Sra. de la Purificación, es un templo barroco, de la segunda mitad del siglo XVII. La primera piedra se colocó el 10 de julio de 1675; el 29 de febrero de 1688 se colocó la imagen titular; el 5 de julio de 1688 la cruz de la linterna; y el 5 de junio de 1692 se trasladó el Santísimo desde la Casa Ayuntamiento, que hacía de capilla. Es de tres naves cubiertas con bóveda de medio cañón con lunetos, crucero con cúpula y linterna, y brazos del crucero con bóvedas en forma de concha. La cúpula se levanta sobre pechinas que contienen pinturas de excelente calidad representando a los Evangelistas. En el brazo izquierdo del crucero aparece adosada una capilla (probablemente ya del s. XVIII) cubierta con bóveda vaída con linterna. Un entablamento barroco recorre toda la nave principal.




El retablo mayor original fue desmantelado durante la Guerra Civil, por lo que el actual es neobarroco, realizado en 1957 por el taller zaragozano de los Navarro. Lo presiden imágenes modernas de la Purificación de la Virgen, San Pedro, San Pablo, y la Santísima Trinidad.



El pórtico exterior o atrio posee tres esbeltos arcos de medio punto sobre pilares, de cantería. La portada es adintelada, con frontón curvo partido.



La torre es monumental, de tres cuerpos, de cantería. El cuerpo de campanas con cuatro vanos de medio punto. Se corona con chapitel de piedra y veleta. En el interior de la torre y en un lateral exterior todavía se advierten restos de estructuras de una edificación anterior de época medieval.



El estilo arquitectónico de esta iglesia se corresponde a las características generales del barroco en el Maestrazgo, destacando principalmente por sus grandes dimensiones y monumentalidad. También la torre posee semejanzas con otras torres-campanario de la zona, construidas en piedra, siendo evidente el caso de las de Tronchón y La Cuba
La actual iglesia de Fortanete se construyó probablemente bajo el mecenazgo de un ilustre fortanetino perteneciente a la Orden de San Juan, Fray D. Miguel Gerónimo de Molina y Aragonés, obispo que fue de Malta y Lérida, según reza el escudo con tocado arzobispal que aún puede contemplarse en la fachada del Ayuntamiento. Era frecuente en aquella época la existencia de grandes mecenas, obispos, reyes y nobles, que ayudaron económicamente a erigir muchas iglesias y ermitas a lo largo del siglo XVII, impulsados por el espíritu de la Contrarreforma Católica.





 
 
 
 
 
 
 
EL CASTILLO:
 
A pesar del aislamiento, la dureza climática y las escasas posibilidades de cultivos, en el término de Fortanete hay huellas de un poblamiento bastante antiguo. Se conocen hallazgos de la Edad de Piedra y de la Edad de Hierro, y también asentamientos ibéricos en la cercanías del actual Fortanete, pero no es posible asegurar la permanencia de estos elementos de hábitat, en todo caso bastante discontínuos, hasta época medieval.


Este territorio fue incorporado al reino de Aragón hacia 1169, por Alfonso II, que ideó una estrategia de ocupación poblacional de los espacios situados entonces en la línea de defensa frente al reino almohade de Valencia. Veinte años más tarde toda la comarca acabó por integrarse en una encomienda de la orden militar de San Juan de Jerusalén, con sede central en la localidad de Aliaga, dependiente de la Castellanía de Amposta. Los Hospitalarios extenderán sus dominios progresivamente sobre las poblaciones de estas serranías ibéricas: Pitarque, Villarroya de los Pinares, Miravete de la Sierra , Fortanete y Sollavientos.

Pedro II entregó el castillo de Fortanete a la Orden del Hospital en junio de 1202, en manos de Jimeno de Lavata, a la sazón castellán de Amposta. La donación hace mención expresa a la existencia de un castrum meum quod vocatur fortaner, lo que confirma el carácter fortificado del poblamiento cristiano de esa localidad a fines del siglo XII. El texto recalca también la función militar que se asignó a los señores de las fortalezas erigidas en ese flanco de la frontera con el Islam, función ofensivo-defensiva que compartían con los nuevos pobladores. La delimitación de los términos de Fortanete que hizo el monarca es bien expresiva a este respecto:



..."por tres partes, el decurso de las aguas y por la cuarta hacia tierra de los sarracenos, que tengan por términos cuanto los frayles pudieran ocupar y ensanchar, según los acuerdos establecidos entre el Hospital y yo".



La posición estratégica de Fortanete en ese momento histórico abocaba a sus pobladores a la depredación de los territorios musulmanes y al asalto violento de sus gentes como medio de vida en un claro ejemplo de la fórmula de ocupación del territorio preconizada por los reyes aragoneses en el sur de Aragón. No disponemos de información precisa sobre los alicientes y compensaciones que se ofrecieron a los cristianos que fuesen a poblarlo en los momentos iniciales de su existencia como lugar del Hospital. Quizá se les aplicara el Fuero de Daroca - que era el de los pobladores de Aliaga - acompañado por algunos aspectos derivados de las tradiciones características de los territorios de la "Extremadura"; y también cabe suponer que los frailes reservaran otros incentivos forales específicos para los vecinos de Fortanete.

Tanto el Hospital como los monarcas procuraron mantener y acrecentar los beneficios económicos - bajo la forma de privilegios – para fijar la población en sus dominios. Así, en 1170, Alfonso II ya habia eximido al Hospital y a sus hombres del pago le lezda, peaje y cualquier otra costumbre lesiva para el tráfico de personas y bienes.



 
 La Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén






Las Órdenes Militares eran instituciones religioso militares que surgieron durante la Edad Media con el propósito de apoyar a los reinos cristianos en la lucha contra los infieles, recuperar Tierra Santa para la Cristiandad y defender a los peregrinos cristianos que iban a visitar los Santos Lugares. Eran los tiempos en que el ideal de Cruzada animaba a los monjes-guerreros que componían las diversas Órdenes Militares. Así nacieron, en los primeros años del s. XII, la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén y la Orden del Temple. Posteriormente hicieron acto de presencia en territorio hispánico, tanto en Castilla como en Aragón, apoyando a los reyes cristianos durante la Reconquista. Dependían directamente de la Santa Sede, estando exentas de jurisdicción episcopal. Al mismo tiempo, en estos reinos surgieron otras Órdenes Militares de origen propiamente hispano, imbuidas de ese mismo espíritu caballeresco de cruzada, entre las cuales cabe destacar la Orden de Calatrava, la Orden de Santiago y la Orden de Montesa.

Estas Ordenes Militares estaban compuestas por monjes-caballeros, combatientes a caballo al servicio de la fe cristiana, que se regían por una reglamentación monástica. Los sanjuanistas u hospitalarios llevaban sobre el hábito manto negro con cruz blanca de cuatro brazos de igual longitud, ensanchándose hacia los extremos; los templarios usaban hábito blanco con una gran cruz roja. Se llamaban "hermanos" o "freires" y estaban dirigidos por un Maestre General. Sus dominios se distribuían en encomiendas y bailías, a modo de distritos administrativos dependientes de una fundación conventual, al frente de las cuales estaban los comendadores y los bayles.



A partir de mediados del s. XII los hospitalarios de Aragón y Cataluña fijaron su sede principal en la fortaleza de Amposta, dando lugar a una castellanía autónoma que agrupaba sus posesiones en estos teritorios. No obstante, a finales del s. XIII los castellanes de Amposta trasladaron su residencia al palacio zaragozano de La Zuda. Entre los castellanes de Amposta merece una especial mención el aragonés Juan Fernández de Heredia, que llegó a ser Gran Maestre de la Orden desde 1377 hasta su muerte en 1396.






Pinturas situadas en la iglesia, a ambos lados del altar mayor sobre la pared. Simbolizan el escudo de la villa de Fortanete y la Cruz de la Orden de San Juan.



El siglo XII fue testigo del avance cristiano y de la consiguiente ocupación y repoblación de los territorios al sur del Ebro. Con Alfonso II, rey aragonés que desarrolló una gran actividad bélica durante el último tercio de este siglo, se conquistan al Islam y se repueblan las tierras del Maestrazgo in extremo sarracenorum. Para ello se apoyó en fuerzas militares de diversa índole, destacando la presencia de las Ordenes Militares, a quienes compensó con donaciones y amplias posesiones territoriales.





Distribución Jurisdicional durante el S. XIII



Así, la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén se estableció desde 1180 en Aliaga, incorporando posteriormente Pitarque, Villarroya de los Pinares (1190), Fortanete (1202) y Sollavientos. Estas poblaciones y propiedades de la Orden formaban la encomienda de Aliaga, que pasó a depender de la Castellanía de Amposta.



Al mismo tiempo, la Orden del Temple obtuvo del monarca aragonés las encomiendas de Castellote y Cantavieja. Ésta última, bajo dominio del Temple a partir de 1197, incluía las poblaciones de Villarluengo, La Cañada de Benatanduz Cantavieja, La Iglesuela del Cid, La Cuba, Mirambel y Tronchón.



Por su situación de frontera con el reino moro de Valencia, esta zona de la Extremadura Aragonesa recibió pronto la concesión de fueros y cartas de población, con el objetivo de atraer población, colonizar y así estabilizar y reforzar la frontera frente al reino moro de Valencia. Estas sierras del Maestrazgo constituían la salvaguardia de la frontera contra posibles ataques del enemigo. Al mismo tiempo, la encomienda sanjuanista de Aliaga y las templarias de Castellote y Cantavieja sirvieron de bases de operaciones de...





...los monjes-soldados para sus incursiones militares al reino moro de Valencia.



Tras el proceso y disolución oficial de la Orden del Temple (1312), los sanjuanistas recibieron las antiguas posesiones templarias en tierras aragonesas. Así sumaron a sus dominios de la encomienda de Aliaga los de las baylías de Cantavieja y Castellote. Entre tanto, en el Reino de Valencia se creó, a propuesta de Jaime II, la Orden de Montesa, a la que se asignarán las tierras y bienes de la extinta orden templaria. De ahí procede, precisamente, la denominación de "Maestrat" o "Maestrazgo": hace referencia al dominio territorial del Maestre de dichas órdenes militares al norte de la actual provincia de Castellón, extendiéndose después también a estas serranías turolenses.










Detalle de la inscripción que existe en el edificio de las escuelas de niños,

encima de una de las puertas de entrada.



A partir de los Reyes Católicos las órdenes militares vieron notablemente disminuidas sus atribuciones, privándoles de la jurisdicción civil y millitar que hasta entonces ostentaron en sus dominios. Aunque reducido su poder, los sanjuanistas mantuvieron importantes posesiones territoriales hasta el siglo XIX. En 1813 las Cortes de Cádiz suprimieron la figura de la baylía como comunidad autónoma de pueblos. Posteriormente, con la Desamortización de Mendizábal perdieron sus últimas posesiones en el Maestrazgo. La presencia e influencia de la Orden del Hospital en estas tierras durante prácticamente 600 años es, sin duda, un aspecto fundamental que contribuye a forjar la personalidad histórica de los pueblos y villas del Maestrazgo turolense.





La Casa Consistorial

Su aspecto exterior denota sobriedad y hermetismo, de notables proporciones, no exento de cierta rusticidad. Su fachada principal se divide en dos plantas horizontales. En el centro de la planta baja se abre una lonja, con tres arcos de medio punto. En la planta noble, con cuatro ventanas adinteladas (una posteriormente convertida en balcón) y alfeizares tallados en voladizo, destaca la rica carpintería de sus hojas. Ya del siglo XVIII es la ornamentación de esta fachada: un reloj de sol y un escudo con el "victor" y el tocado arzobispal honrando la memoria de un obispo sanjuanista mecenas de la iglesia parroquial. Destaca, rematando la fachada, un notable alero ricamente labrado con motivos renacentistas, aunque francamente deteriorado en la actualidad.




En la planta noble se sitúan las oficinas municipales, archivo y salón de sesiones. Éste, de forma rectangular, se cubre con un magnífico artesonado de madera (también en mal estado de conservación), que se apoya en ménsulas talladas. Esto, junto a la carpintería utilizada en las ventanas, destaca en el conjunto del edificio. Si se relaciona con otros trabajos de carpintería existentes en otras casas nobiliarias del municipio, asimismo de reconocido interés, permite suponer la existencia de una importante escuela de carpintería cuyo estilo perdurará durante más de un siglo.



Las lonjas son un elemento definitorio de la tipología de estos edificios concejiles: era el espacio donde se realizaba el mercado local o incluso el lugar donde se reunían los concejos generales de los municipios. Constituían, por lo tanto, un espacio público lleno de funcionalidad en la época en que se construyeron. En Fortanete la lonja, popularmente conocida como trinquete, ocupa el espacio central de la planta baja y sirve además como zona de acceso al piso superior, con la caja de escaleras a la izquierda, y el pósito y carnicerías a la derecha.



La planta baja contiene también cárcel y mazmorras, situadas en la crujía posterior, a las que se accede por una pequeña puerta adintelada o por una puerta en arco de medio punto recientemente descubierta. La cárcel municipal de Fortanete se encuentra plenamente integrada en la estructura del edificio de la Casa Consistorial. Está constituida por cinco habitáculos amplios y bien diferenciados, de mayor superficie de lo que suele ser habitual en otras cárceles de municipios de estas características. Este hecho es destacable e indicativo del uso que se le ha dado en determinados momentos de la historia del municipio. El primer espacio constituye la sala de guardia, que da acceso a varios habitáculos o celdas, con una pequeña ventana enrejada abierta al trinquete en una de ellas. En otro extremo se encuentra el calabozo, con un pequeño ventanuco enrejado abierto a la fachada principal (bajo el balcón). A su vez este calabozo posee un foso o mazmorra destinada a acoger en penosas condiciones de frío y humedad a los reos con mayor causa.



Sin duda, la cárcel municipal ha tenido el uso que le es propio a lo largo de la historia de la villa de Fortanete. En el siglo XVI, cuando se construyó, debió de funcionar como cárcel del Concejo (no se posee información documentada para afirmar si también lo fue previamente de la Orden de San Juan). Así sería durante cientos de años.











Finalmente, la memoria de los más mayores todavía recuerda el uso que tuvo en algunos momentos de la Guerra Civil y en las represalias del bando vencedor ya en la postguerra. Entre estas paredes han sufrido presidio y condena, con causa o sin causa, tanto presos comunes como presos políticos. En sus paredes, entre moho y humedades todavía se advierten escritos, rotulaciones o mensajes que, a modo de antiguos graffiti, vienen a expresar sentimientos y penurias de quienes sufrieron prisión en este lúgubre espacio.



El conocimiento del interior de la cárcel, su restauración y acondicionamiento para nuevos usos culturales, tras años de absoluto descuido y deterioro, está siendo posible gracias a los esfuerzos desinteresados de los voluntarios de un Campo de Trabajo. A ellos nuestro agradecimiento.



El edificio de la Casa Consistorial de Fortanete es de estilo renacentista, de planta rectangular, construido con recios muros de mampostería combinada con piedra sillar para reforzar y resaltar los elementos estructurales. Su edificación comenzó en 1520, siendo probable que estuviese destinada inicialmente a vivienda del prior de la Orden sanjuanista, si bien pronto se dedicaría a Casa del Concejo, como consecuencia de un hecho de gran transcendencia para la historia de la villa: el poder creciente del Concejo frente a la dominicatura de la Orden. Su construcción definitiva finalizó en 1588. Forma parte de una serie de Casas Consistoriales que aparecen en esta misma época en otros municipios próximos (Villarroya de los Pinares, Miravete, Cañada de Benatanduz; etc.).



El edificio se sitúa en la Plaza Mayor, junto a la iglesia, creando así el espacio urbano más interesante de la villa, centro tradicional de la vida municipal. Sin embargo, en la actualidad, el estado de deterioro del conjunto del edificio, a falta de una restauración integral del mismo, hace que veamos peligrar uno de los elementos monumentales más emblemáticos de nuestro patrimonio cultural.




LAS MASADAS:
Las masadas (o masías) constituyen un tipo de hábitat disperso característico de las Serranías de Gúdar-Maestrazgo. Se trata de casas de campo aisladas, dispersas, hoy día deshabitadas en su práctica totalidad, pero que constituyen un valioso testimonio de formas de vida de un pasado no muy lejano y un original modelo de explotación del territorio.




Las masadas, localizadas en áreas de montaña con serias limitaciones topográficas y climáticas para los aprovechamientos agrarios, constituyen toda una respuesta a las duras condiciones que impone el medio físico. En la sociedad rural tradicional era un excelente método de aprovechar al máximo los recursos agropecuarios que ofrecían estas tierras. Así lo veía Ignacio de Asso hace ya más de 200 años cuando explicaba las malas condiciones y pobreza de las tierras cultivables de estos pueblos, haciendo hincapié en la conveniencia de combinar la agricultura con la ganadería:



“Esta circunstancia ha introducido el excelente methodo de cultura, que se observa en los pueblos de las Bailías, cuyos dilatados términos están distribuidos en gran número de masadas, ó cortijos con sus heredades adyacentes, divididas en tierras de labor, y de pasto á proporción del mueble, que se necesita para el cultivo de las primeras”.



Entre las masadas más antiguas y señoriales encontramos elementos arquitectónicos que nos remontan claramente al medievo. La presencia en algunas masadas de torres defensivas - emblemáticas del poder señorial en la Edad Media- son indicativas del origen medieval de las mismas: son los denominados “mases fortificados”. Los hay en todo el Maestrazgo, también en Fortanete, siendo en este caso muy representativa la Torre de Mercadales.



Durante la Edad Media el número de masadas debió ser reducido, estando su explotación muy vinculada al sistema ganadero trashumante establecido en estas sierras ya a partir del siglo XIII. En los siglos siguientes se fueron creando nuevas masadas. Pero fue ya en el siglo XVIII, coincidiendo con un momento de fuerte crecimiento de la población y “hambre de tierras” cuando se crearon más masadas nuevas para poder dedicar a la agricultura las tierras más lejanas al núcleo de población, al tiempo que se subdividieron otras ya existentes entre los diferentes miembros de las familias propietarias para así repartirse mejor el escaso terruño disponible. Surgieron, de este modo, los mases o masicos, cuyo nombre mismo alude ya al menor tamaño y calidad de estas nuevas heredades.



A finales del siglo XIX Fortanete llegó a contar con medio centenar de masadas, al menos 40 de ellas habitadas de forma permanente, a las que se sumaban otros 28 edificios diseminados (masicos y corrales) total o temporalmente deshabitados. La extensión de estas fincas rústicas oscilan mucho unas de otras. Se ha calculado para Fortanete una superficie media por masada de 223 Has., muy superior a la media registrada en los demás municipios de su entorno. Alguna de estas fincas cuentan con extensiones de terreno muy considerables, siendo el Mas Bajo la mayor de las masadas de Fortanete, con más de 1.000 Has. de superficie. Como dato significativo, cabe apuntar que las masadas suman el 56,3 % de la superficie del término de Fortanete.



Las masadas se distribuyen en el territorio como casas aisladas, muy distanciadas entre sí. No obstante, en función de la topografía se pueden diferenciar algunas “partidas”, agrupando varias masías en torno a un valle o terreno determinado. Así en Fortanete podemos diferenciar como principales partidas las de Mercadales, Las Dehesas y Zoticos.

                                                                   masada de la capellania


                                                        cervero de adentro

la rocha
la torre

masico raimundo

 
                                                           casa verterinario

existe una leyenda sobre la masada de la rocha que tiene un pino que se muestra en la foto : y la historia cuenta que una vez un hombre se estrello con el coche contra el pino durante un dia de tormenta y estaba a punto  de morir cuando le cayo un rayo al pino el coche hizo de tierra y le reanimo el corazon . otra historia que si que es verdad cuenta que paso un huracan hacia el pueblo y que el pino lo desvio por eso esta con tan poca ramas y hojas .